Sobre el artículo de Bandera Negra
No creo que sea el momento, en la entrada del siglo XXI (era cristiana), de discutir, ni tan siquiera, de reivindicar lo que dijo Bakunin, ni lo que dijo Lenin, ni siquiera lo que dijeron diversos profetas y demás mesías; no es el momento, puesto que vivimos una era llena de tecnologías que tod@s es@s personajes no pudieron siquiera soñar. Ell@s, al igual que hoy much@s de nosotr@s, tomaron actitudes de transformación de la sociedad acorde a los tiempos que a cada cual le tocó vivir.
No se pueden poner ejemplos de como, en cada momento, el pueblo se ha sublevado contra las injusticias, los tiranos, la explotación, los cultos y contra todo aquello que ha aniquilado la autodeterminación del pueblo. A eso no se le pueden poner pegas.
Si nos fijamos bien en la frase "la autodeterminación del pueblo", casi no hace falta una declaración de principios de cómo, cuándo y dónde, sin entrar en como se ha fracasado en cada una de las veces de la insurrección, en cada una de las veces que se ha producido la insumisión del pueblo. Sin entrar en ello, se puede decir que cualquier lucha que se enfrente al Estado-Capital es LA LUCHA y esa siempre es la de l@s mism@s, de l@s de abajo; es LA LUCHA del pueblo y ahí no debería faltar nadie de l@s que creemos en la solidaridad, el compromiso, la tolerancia, el amor. Todos esos términos o definiciones que hacen, o deberían hacer, de esta especie nuestra llamarla HUMANA.
No podemos pelearnos entre nosotr@s. Ha llegado el tiempo que establezcamos los mínimos de la "autodeterminación del pueblo", por asambleas, por consenso, por rabia. Ha llegado el tiempo de la unidad contra el imperio, contra el Capital-Estado, contra los privilegios, contra la imposición, contra los cultos (religiones, doctrinas, ejércitos, televisiones, sectas,…), contra todo tipo de explotación, contra todo tipo de jerarquías que degradan a much@s para ensalzar a muy poc@s.
Hay demasiad@s entre nosotr@s que exageran la nota para descalificar, para criticar, para no tener en cuenta ni en consideración a nadie que no piense exactamente como él, o como dijo fulano o como dijo sutano, y eso hace difícil la unidad y retrasa la lucha. Tal vez se haga muy a conciencia.
Se puede decir que todo aquel/la que no habla o actúa contra lo que oprime, todo aquel/la que no habla o actúa contra los opresores, huele a muerte y toda "su lucha" (en minúscula) pequeña, inane y reaccionaria.
Nadie puede preveer como sería esta misma sociedad si mañana fuera solidaria, si no hubiese explotación, si no hicieran falta ni ejércitos, ni fronteras. Es lógico pensar que, si fuera así, la deberíamos hacer entre todos, los equivocados y los poseedores de la verdad absoluta, y hasta deberíamos respetar, curiosamente, a los que se equivocaran.
Si estas páginas sirvieran para ponernos de acuerdo en los mínimos y olvidar, de momento, los desacuerdos, seguramente estaríamos en el principio del fin de este estado-capital de cosas. Si estas páginas siempre sirvieran para la acción y el acuerdo colectivo, y fuera un hecho, el capital-estado las barrería del mapa; si las consiente es que le viene bien. Mientras vea que la lucha interna no nos lleva a nada seguirá permitiendo que nos descalifiquemos un@s a otr@s; seguirán estableciéndose las condiciones que lo sustentan y la lástima es que muchos se pasarán la vida creyendo que defender su idea, delante de otros, es estar contra el estado-capital.
Y este estado-capital de cosas les viene muy bien a muchos.
¡Muerte al estado-capital, muerte al capital-estado!
¡Unidad!
Ernesto Sánchez (Barcelona-Horta)
Sobre anarquismo y nacionalismo
Voy a daros mi opinión sobre unos artículos del nº48 de La Lletra A. Concretamente, los de Patxi Iturregui, Un anarkista de la izquierda abertzale y Desastre. El primero puede ser más o menos discutible, pero los otros dos me han llamado la atención. Tal vez sea cierto que hay anarquistas en la izquierda abertzale. Creo que nadie puede negar a otro su sentimiento anarquista, pero lo que está claro es que la actitud de la izquierda abertzale no es anarquista, sino todo lo contrario. La izquierda abertzale trata de controlar todo intento de respuesta al Sistema o anularlo, y predica un patriotismo sectario y quasixenófobo con quienes niegan validez al concepto de nación, Estado, etc. Acabar firmando "desde uno de los últimos reductos de indígenas europeos" suena patético.
(fragmento de una carta de un anarquista de Ermua)