Reflexiones sobre un centenario (1896-1996)
Durruti: un guerrillero que luchó por los pob
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"Sólo los trabajadores organizados son capaces de evitar la matanza que se avecina (…) para hacer fracasar los planes maquiavélicos de esa clase sin escrúpulos que, por conservar sus privilegios, son capaces de hacer asesinos a media humanidad…"
Carta de B. Durruti a su compañera Colette, desde el Penal de Santa María, 3 de junio de 1933.
La biznieta de Buenaventura Durruti, Sara de 12 años, respondió a la periodista Alejandra A. González de un periódico estatal que su bisabuelo era "un guerrillero que luchó por los pobres". Pero es bueno no quedarse sólo en el tópico y comprender que las posiciones revolucionarias de Durruti eran las del bakuninismo, corriente libertaria que evolucionó desde Bakunin y la "Alianza para la Democracia Socialista" y desde el colectivismo confederalista al comunismo libertario de la "Plataforma" de los revolucionarios de la Ucrania libertaria de P. Archinov y Néstor Makhno; a la cual se opusieron sectores que eran partidarios de organizaciones de síntesis libertaria y también E. Malatesta.
Durruti había participado en actividades de la "Plataforma" de Archinov en París y había compartido muchas horas de debate estratégico y teórico con Néstor Makhno. Este dirigente político estaba exiliado desde que el partido bolchevique rompió la alianza con el ejército makhnovista en Ucrania, una vez que los sectores anarquistas y comunistas revolucionarios estaban consiguiendo una revolución social dentro del proceso de liberación nacional ucraniano y después de haber aplastado al ejército austro-alemán de ocupación y a las tropas del contrarrevolucionario "ejército blanco" de los zaristas.
En definitiva, este ejército makhnovista sería el ejemplo que aplicarían Durruti y García Oliver, a partir del 19 de julio de 1936, en la organización de milicias y columnas obreras y campesinas en los frentes de Aragón y Madrid, después de la experiencia de guerrilla urbana exitosa que se desarrolló en Barcelona, con el asalto de las Drassanes y de los cuarteles de los militares golpistas.
La obra revolucionaria de las clases oprimidas que, frente a la guerra, autogestionaron parte de la sociedad catalana, valenciana y aragonesa, con órganos de contrapoder revolucionario como el "Comité de Milicias Antifascistas de Catalunya", la "Junta de Defensa de Levante" y el "Consejo de Aragón"; era la evidencia de que por segunda vez se repetía la estrategia "makhnovista" de Ucrania, como aplicación político-militar y socio-económica de la teoría bakuninista.
Esta realidad, muchas veces es negada y apartada, especialmente por militantes del movimiento libertario. Desde mi posición de crítica revolucionaria, pienso que desde las "Jornadas Libertarias" de Barcelona, en 1977, se ha "secuestrado" el anarquismo social, con la sacralización de una táctica obrera llamada anarco-sindicalismo y la negación de los principios evolutivos y dinámicos del bakuninismo militante.
Durruti, junto a sus amigos de lucha social (Ascaso, García Oliver…) encabezaron la fracción anarquista-comunista revolucionaria dentro del movimiento libertario, durante la Dictadura de Primo de Rivera. Estaban en la misma área de lucha que la "Plataforma" de Archinov que se había redactado en París en 1926.
Fueron una fracción minoritaria de carácter logístico y estratégico revolucionario, que aplicó los conceptos bakuninistas y las experiencias makhnovistas y tenía como portavoz colectivo al grupo de afinidad "Nosotros", continuador del grupo "Solidarios", dentro de la FAI (1933-34) y que estuvieron a punto de ser expulsados de esta organización. En aquel momento la FAI estaba dirigida por sectores libertarios que negaban la necesidad transitoria de "poder revolucionario" entendido según los planteamientos de Bakunin y la "Alianza para la Democracia Socialista". Estos planteamientos eran defendidos por "Nosotros" y negados por militantes destacados de la FAI —como Pedro Herrera, Diego Abad de Santillán, J. Toryho, etc.—.
En el Pleno de Sindicatos Únicos de la Confederación Catalana de la CNT (Barcelona, 21-7-36), cuando aún las calles estaban llenas de gentes ilusionadas por la victoria proletaria del domingo anterior, J. García Oliver planteó la opción de una revolución proletaria, necesaria para tomar el poder, hacia una nueva situación de "dictadura del proletariado", pero en sentido transitorio y autogestionado. García Oliver estaba hablando como representante de la fracción makhnovista, donde también estaban B. Durruti, J. Balins, J. Domènech, Gil Jordán, Vivancos, G. Jover y otros militantes de la FAI.
La mayoría de delegados cenetistas decidieron que se tenía que acordar lo contrario, aceptando la situación de doble poder: la Generalitat republicana catalana (con el Estado republicano) conjuntamente con el poder revolucionario que representaba en aquel momento el "Comité de Milicias Antifascistas" de Catalunya. Manteniéndose de esta manera el régimen republicano en el gobierno "frentepopulista" del Estado español y el gobierno liberal-progresista del Presidente Lluís Companys en la Generalitat de Catalunya. Tanto la CNT como la FAI entraron, por la vía del acuerdo sindical (21 de julio), en este nuevo poder interclasista.
De esta manera, García Oliver tuvo que aceptar el nombramiento del Ministerio de Justicia del Gobierno de Largo Caballero y Durruti, que había sido insumiso al servicio militar, sería nombrado después de su muerte (20 de noviembre de 1936), Teniente Coronel del Ejército republicano.
Saint-Just había dicho en su momento que "cuando los revolucionarios hacen la revolución a medias, éstos cavan su propia tumba". A mi entender, esta fue la consecuencia del acuerdo del Pleno de Sindicatos de Catalunya de la CNT.
Durruti organizó una columna de milicias obreras y campesinas que se dirigieron, armadas, hacia el frente de Aragón y más tarde hacia el frente de Madrid, donde finalmente encontró la muerte este guerrillero que había afirmado que "las milicias de la columna Durruti llevan un mundo nuevo dentro de cada combatiente".
Colette, la única hija de Durruti, con motivo del centenario del nacimiento de su padre, declaraba a un diario estatal: "mi padre siempre luchaba en primera línea, era su destino…", refiriéndose a su muerte, hace exactamente 60 años, y desde donde empezó a gestarse el mito popular que aún perdura y puede servir de punto de reflexión.
Miquel-Dídac Piñero (Historiador) - A.D.A.I.