Aprovechando la reciente visita a Europa de la periodista y escritora Guiomar Rovira (autora de los libros "Zapata Vive" y "Mujeres de maíz", publicados por Virus editorial) y su compañero, Jesús Ramírez, periodista independiente recientemente amenazado por grupos paramilitares, os ofrecemos en dos entregas el extracto de la entrevista que mantuvimos y que informa de la situación en Chiapas y México.
- ¿Cuál es la situación actual de la lucha zapatista?
Jesús:
- La situación de la lucha zapatista es difícil porque está en un momento de definición después del levantamiento armado; la movilización de la sociedad civil obligó a una negociación con el Gobierno y entonces esta negociación se ha prolongado por espacio de dos años y medio. Pese a que ha transcurrido todo este tiempo no hay resultados concretos de la negociación. Esto llevó, sumado a una serie de torpezas del Gobierno mexicano y de negativas, a las comunidades zapatistas a declarar la ruptura y suspensión del diálogo a partir de septiembre de este año. Al mismo tiempo, las comunidades demandaron al Gobierno mexicano la solución de cinco condiciones entre las que están: la liberación de todos los presos zapatistas, la concreción de los compromisos ya firmados con el Gobierno mexicano en materia indígena, el asunto de la solución de los grupos paramilitares en Chiapas, la solución a los problemas de violaciones a los derechos humanos sobre todo en la zona norte y la cuestión de facilitar la posibilidad de la constitución de una fuerza política zapatista. En esta situación de impás del diálogo se llegó a una crisis de las negociaciones y se tensó la situación en Chiapas, hasta que el Gobierno mexicano, a través de la Comisión de Concordia y Pacificación, que es una comisión de legisladores que esta mediando en el conflicto para el proceso de pacificación, empezaron la solución de estas condiciones, se liberaron a presos (aún continúan 7 en cárceles mexicanas), en la zona norte han regresado algunas comunidades zapatistas que habían sido desplazadas por el grupo Paz y Justicia y, sobre todo, a través de la Comisión de Concordia y Pacificación se redactó la propuesta de una ley que recuperara los derechos para los pueblos indígenas de todo el país, esto es un logro muy importante porque desde un inicio el Gobierno mexicano había negado que el zapatismo pudiera tener incidencia nacional y capacidad de negociar una cosa a nivel nacional; entonces por medio de esta ley se logra revertir esta tendencia del Gobierno, evidenciándose que las demandas del EZ son demandas, en primer lugar, de todos los pueblos indígenas de México pero también de grandes sectores de la población.
Guio:
- Sí, porque habría que explicar que esta ley emana de los acuerdos que se firmaron en febrero de este año en San Andrés, y son unos acuerdos tomados por muchísimas etnias indígenas que participaron en un encuentro de los pueblos indios en San Cristóbal junto con los zapatistas; es resultado de todo un proceso de diálogo entre los pueblos indios entre sí y de negociación con el Gobierno, son los compromisos que el Gobierno tomó ante los pueblos indios pero no sólo ante el EZLN, eso le da una dimensión nacional y una dimensión que no es sólo la negociación de un grupo armado sino que el grupo armado abre el espacio para que participen todos los pueblos y, una cosa sin precedentes que no había pasado nunca en México, los indígenas se juntaron para reivindicar sus derechos.
Jesús:
- En esto nada más habría que rescatar un elemento, el movimiento zapatista dentro de algunas innovaciones políticas, que ha recuperado de la memoria de la lucha de los pueblos en México, ha utilizado el diálogo con el Gobierno de una manera muy diferente a como uno está acostumbrado en las negociaciones entre un grupo armado y un Estado. Y en lugar de negociar directamente con el Gobierno mexicano, la tarea que se dieron los zapatistas fue abrir el espacio a otros sectores en lucha de México y permitir que ante un proyecto neoliberal, ante un proyecto de un Estado que defiende el capital internacional en contra de su misma población, construir la posibilidad de un proyecto alternativo, pero no a través de una organización que elabora un programa que llama al resto de la población a secundar si no de construir entre todos, con la opinión de todos y la experiencia de muchas luchas, no sólo la zapatista, construir este proyecto de nación. Así es como se llega a estos acuerdos sobre la cultura, los derechos indígenas. Esto está ligado a algo muy interesante que es la propuesta del movimiento zapatista de convertirse de un movimiento básicamente indígena y armado, a la posibilidad de construir un movimiento social, civil, abierto y que no lucha por el poder, ni por participar en las elecciones, ni intervenir en la vida política institucional, sino más en el terreno de la vida política de los ciudadanos, en organización.
- ¿Y en qué punto se encuentra la estrategia represiva del Estado mexicano?
Jesús:
- Está claro para la mayoría de los sectores activos en México, que el régimen político mexicano respaldado por el capital norteamericano y japonés básicamente, no está dispuesto a ceder el poder, por un lado, ni a abrir espacios a la participación política en México. Hay que entender que México es una especie de dictadura disfrazada de democracia, con un partido dominante y que todas las esferas políticas y sociales están tomadas por gente de este partido, entonces es una especie de Unión Soviética pero con capital mixto, está al servicio del capital institucional. Un régimen que se cierra, que ve los cimiento de su control y su poder en cuestión es un régimen en agonía. Uno de los principales indicadores de que el régimen está a punto de derrumbarse es la nula credibilidad que tiene entre los sectores populares y también entre la misma clase gobernante, los empresarios... pues ya cualquier anuncio que hace el Gobierno, cualquier iniciativa que plantea se toma con sorna, con burla o simplemente con indiferencia porque es un régimen demasiado débil. Esto lo hace también más peligroso porque un régimen débil, obviamente, va a recurrir a la fuerza y no a las medidas políticas para sustentarse. Entonces, venimos de unos últimos meses de recrudecimiento de la represión a partir del surgimiento de nuevos grupos armados, como el EPR, como el ERIP. Son síntomas también de que esa misma represión a nivel local genera respuestas radicales; o el caldo de cultivo como para este tipo de reacciones desesperadas de gente que ya no encuentra ninguna vía y que también decide tomar las armas para luchar políticamente. Hay un recrudecimiento de las violaciones a los derechos humanos, hay agresiones a los periodistas en las últimas décadas, fundamentalmente en los últimos 10 años, y que lleva una lista de casi una centena de periodistas muertos y muchos agredidos y que en estos meses se ha intensificado, sobre todo a los activistas de los comités que han hecho seguimientos en las zonas rurales y en las zonas indígenas, que actualmente están militarizadas so pretexto de la lucha contra el narcotráfico y el combate a la guerrilla.
- ¿La militarización se da sólo en Chiapas? ¿Y las Guardias Blancas?
Guio:
- Bueno, la militarización en todo México es evidente, sobre todo a raíz de la aparición del EPR, pero en Chiapas desde el levantamiento armado hay unos 60.000 soldados. Esos soldados están metidos en las zonas controladas por el EZLN. Lo que supone que la vida de las comunidades sea muy difícil. Hay comunidades como Guadalupe Tepeyac que desde la entrada del Ejército en la selva todavía viven en la montaña, en el exilio. Han tenido que construir un pueblo nuevo. Guadalupe Tepeyac era, como si dijéramos, una de las capitales de la insurgencia, el pueblo estaba absolutamente unido en la lucha zapatista. Había acogido la Convención Nacional Democrática que llevó a más de 6.000 personas mexicanas a la selva para intentar crear un frente de oposición; cuando entró el Ejército en Guadalupe Tepeyac se fueron a la montaña para que no hubiera represión selectiva y se negaron a regresar al pueblo mientras en sus tierras ejidales estuvieran los soldados. Dijeron: "Que quede como monumento a la traición del Gobierno Guadalupe Tepeyac, con sus casas vacías y nosotros vamos a crear un nuevo Guadalupe en el interior de la selva". Es un caso muy triste de gente sin tierra. Se han quedado sin nada y viven un poco a expensas de la poca ayuda internacional que llega, de los comités o de la ciudad de México, la ayuda nacional. No tienen milpas, no tienen maíz; y así hay otros pueblos que también están en la montaña. La situación de las comunidades es difícil, no obstante, la revolución zapatista, porque podemos hablar de un proceso revolucionario, sigue adelante a pesar de todos estos obstáculos y se han creado los municipios autónomos y siguen evolucionando, por ejemplo, no hay ni una sola autoridad institucional que resuelva ninguno de los problemas que puedan tener las comunidades rebeldes, sino que son ellas, entre ellas, que hacen sus reuniones, sus consejos municipales y resuelven sus problemas: problemas de justicia, problemas de organización, de tierras, de todo... incluso ahora ya iban a hacer su propio registro de bautizos y casamientos, porque desde el año 1994 todos los que han nacido y todos lo que se han casado o todos los que han muerto no se han registrado en ningún sitio. Y ya en el municipio, por ejemplo donde estaba Guadalupe Tepeyac, San Pedro de Michoacán, es el nuevo nombre que han puesto, se han separado del municipio ladino, o sea, del municipio mestizo, pues aquí ya estaban elaborando sus actas para poder registrar y todo... y hacen sus reuniones y allí van los representantes de todas las comunidades, incluso están creciendo, o sea, incluso comunidades que antes no eran zapatistas, en este municipio están juntándose porque es la única forma de resolver problemas, o sea mediante la organización. Frente a estos procesos la militarización es tremenda, las bandas paramilitares actúan en zonas donde es más difícil la convivencia entre el antiguo poder terrateniente y caciquil y los indígenas insurrectos; se están dando mucho los casos de Guardias Blancas, de hostigamientos a la gente. Los zapatistas no pueden reaccionar militarmente porque están respetando un proceso político, que han acordado respetarlo. Es una situación muy dura, de pueblos enteros, de gente que se dice de oposición, o sea, del Partido de la Revolución Democrática -PRD-, que en realidad son los mismos zapatistas, que no pueden responder a las agresiones de las Guardias Blancas, que son policía comprada y armada y entrenada por militares, y pagada por los terratenientes... y nada, tienen que resistir como pueden, incluso muchos han sido desplazados de sus pueblos. En el diálogo de San Andrés se estaba consiguiendo que se garantizara el retorno de estos pueblos... pero la situación es muy dura, de mucha tensión, en todas las áreas rurales mexicanas la presencia militar es bestial.
Jesús:
- La resistencia de los pueblos zapatistas es un ejemplo de que este movimiento es una revolución popular, y que pese a la militarización los pueblos se encuentran organizados y ejercen un poder. Tal es el caso, de lo que comentaba de San Pedro de Michoacán, como en la zona de la selva, hay una muestra de un poder dual, a pesar de los militares, porque se prohíbe la entrada de alcohol, si llegan ganaderos a querer comprar ganado tienen que vérselas con las autoridades zapatistas, etc. Y en el caso de la zona norte, donde hay una situación muy conflictiva porque hay grupos paramilitares, hay Guardias Blancas además de ganaderos y finqueros, que ven amenazadas sus propiedades y sus privilegios, porque hay que recordar que allí la explotación del café y la explotación de los productos que ahí se dan ha sido brutal, casi esclavizada, y en las comunidades que producen algún tipo de producto la comercialización estaba sujeta al dominio de los caciques. Entonces, todo este control económico y político del PRI, y de los grandes terratenientes se vio destruido a partir de enero del 94, lo que ha generado bastantes problemas. Sin embargo, la resistencia de los pueblos en esos 34 meses continúa y no se rompe ni después de la ofensiva militar del Gobierno mexicano. Ésta fue decidida porque el hecho de que existiera un territorio liberado era un desafío para el Estado mexicano, y como para dar una señal a los capitales internacionales de que todo estaba bajo control tuvieron que entrar en la selva, en la zona norte y en los Altos; para mostrar que tenían el control territorial. Pero el control lo ejercen los pueblos zapatistas pese a que los caminos y algunas zonas están en poder de los militares.
- En cuanto al lenguaje que utilizan los zapatistas que es, por lo que podemos entender, un intento de recuperar palabras vaciadas de contenido por el poder y de elaborar un discurso que podríamos llamar de nuevo Humanismo, ¿conecta con la realidad de México? ¿La gente lo entiende? ¿Han tocado un punto en el que pueden a partir de ahí elaborar?