Contra los recortes sociales y la política neoliberal movilización anticapitalista

 

Nos encontramos en un contexto en que el Capital ha alcanzado unas posiciones de fuerza tales que impone sus planes tranquilamente, aunque los costos sociales del neoliberalismo son elevadísimos. Si ya el PSOE se plegó sin grandes resistencias a los planes del neoliberalismo, el PP consolida y desarrolla sin reparos su política económica, que ataca frontalmente a los sectores sociales más débiles para aumentar al máximo el beneficio conseguido por las élites político-económicas del capitalismo español e internacional.

 

Recortes salariales, privatización de empresas públicas y ataques a la sanidad y enseñanza públicas, aumento del paro, recorte en el sistema público de pensiones (Pacto de Toledo), precarización laboral, recorte de los gastos sociales, reducción de las prestaciones por desempleo, degradación del empleo con contratos en prácticas y empresas de trabajo temporal, concentración de la riqueza en unas pocas manos, represión contra los colectivos sociales y sindicales que tratan de oponerse a los planes del Capital y el Estado… todo son facilidades para los empresarios, mientras que para las clases populares las condiciones de vida se degradan y endurecen. Mientras tanto, el sindicalismo mayoritario es una simple comparsa claudicante, atada al Estado y el Capital y a las subvenciones que recibe de ellos, actuando de apagafuegos e intentando evitar estallidos de rabia en forma de revueltas sociales y luchas radicalizadas.

 

El neoliberalismo impone una libertad, la de mercado, que sólo tiene en cuenta la competitividad y el beneficio económico… para los de siempre. El resultado es un aumento de las desigualdades y la injusticia social. Están consiguiendo que la satisfacción de nuestras necesidades, hasta las más básicas, tenga que pasar por el mercado y deje beneficio en manos privadas. El verdadero problema de nuestra sociedad no es el de la carencia de medios, sino el de su injusto reparto, el de las enormes desigualdades existentes y el incremento del autoritarismo a todos los niveles.

 

Hoy, el Capital impone, dicta sus leyes y goza de una situación de auténtica impunidad y privilegio, sin que ninguna fuerza social tenga suficiente capacidad para oponerse a sus planes.

 

Sólo una movilización decidida y masiva puede cambiar esta situación y oponerse al enorme poder que en la actualidad detenta el Capital y los intereses privados. Sólo existe un camino: extender la conciencia anticapitalista entre la población y luchar por el reparto del trabajo y la riqueza, luchar contra las injusticias y desigualdades sociales, en definitiva, contra el Estado y el Capital.

 

La Lletra A