Me hallaba un
domingo por la noche con mi amigo Manuel Cano en el café La Luna,
y se nos presentó Morago diciéndonos:
- Vengo a buscaros.
- ¿Qué
ocurre?
- ¿Tenéis
noticias de La Internacional?
Cano dijo que
no. Yo si había leído algo y tenia vagas noticias de esa
asociación.
![]() |
-
Pues se trata -continuó Morago- de organizar a los trabajadores
del mundo para destruir la explotación capitalista.
Cano y yo, aunque jóvenes y dispuestos a admitir fácilmente lo que se presentase con caracteres de nobleza y grandiosidad, retrasamos la contestación favorable. Cuando Morago se hallaba poseído por el entusiasmo y se le contrariaba sentía arrebatos sublimes, y era lastima que tanta elocuencia se derrochara en persuadir a dos convencidos. -Se trata de asistir a una reunión en que, en unión de otros amigos, seremos presentados a Fanelli, diputado italiano y delegado de la Alianza de la Democracia Socialista, que tiene misión de dejar constituido un núcleo de la sección española de la AIT. Al día siguiente todos los citados comparecimos al sitio de la cita menos Morago, que debía presentarnos, y esta |
|
|
(Anselmo Lorenzo. El proletariado militante. 1868)