Editorial
David venció a Goliat en Palestina; Guillermo Tell de Suiza ajustició al gobernador Gessler que les designaban desde la metrópoli austríaca; Vietnam "se salvó" del capitalismo de Norteamérica; Cuba desafía desde 1960 a su poderoso vecino. El pueblo de México está a punto de expulsar a los espurios del supremo sistema de partido de Estado que suplantan la voluntad popular 80 años ha. Signos tipográficos, sonidos codificados de la voz humana, imágenes audiovisuales electrónicas, lanzados como proyectiles propulsores de la verdad, vencen a cualquier gigante de la injusticia, de la mentira o de la esclavitud económica. Mientras más grande es el elefante, más estragos causa su estampida ante un diminuto ratón. Como decía el corzo Bonaparte, la grandeza no se mide del suelo a la cabeza, sino de la cabeza al cielo. Es aquí donde la verdad le hace justicia a la diferencia que hace a todos iguales. Los hombres son semejantes y pueden ser genios en el oficio que escojan, el ingrediente que se amerita es la buena voluntad. El resto es vanidad de vanidades. El Creador puso a girar las galaxias alrededor de su eje. Cada entidad tiene sus ciclos; cada sociedad su época, el organismo su existencia material. Las estirpes poderosas de ayer ahora son pobres. Los débiles de hoy dedican su mejor esfuerzo a superar la desigualdad. Todo tiene su dinámica precisa. Los imperios de antaño, hogaño leyenda son y, los de ahora mañana serán historia. Hoy acometemos con decisión el ciclo que nos asiste dentro de esa ley universal. Ya pasaron 30 años desde que nos inauguramos en este TIEMPO y entendemos que estamos al principio. Escribimos el prólogo; y comprendemos que el epílogo, sin sernos ajeno, es responsabilidad de la descendencia cuando asuma su segmento. Cada ser humano, cada ciudadano del planeta, es un eslabón entre uno y otro ciclo. Quien es congruente con la historia y asume de buena voluntad protagonizar su capítulo, será tan grande su satisfacción de premio, como la fortaleza de su eslabón en la cadena de los tiempos. Todo esfuerzo es útil, toda emoción es laureada por el Autor de los tiempos; aunque los hombres lo ignoren. ¡Qué gloria es asumir con discreción la trascendencia! La obligación individual contemporánea es evitar el engaño del sistema de partido de Estado que demagoga. El compromiso social es corregir con patriotismo el rumbo de la historia, eliminando al causante que generó la injusticia económica, la miseria inveterada y la angustia suicida de los mexicanos. Quienes hipotecaron el país tienen que ser expulsados del poder y ser sometidos a juicio. Para esta empresa los lamentos no cuentan. Se requiere decisión individual, sumar corajes y, emprender acciones prácticas conjuntas. ¡Tenemos que salvar el México de nuestros hijos! Los apáticos agreden la inteligencia, los cobardes agradan al poderoso desahuciado; mientras los débiles se convocan para vencer al Goliat quien pretende ignorar que su poder está a tiro de piedra.
| TIEMPO #56 Que informa y orienta Del 11 al 13 de febrero 1998 |
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