LA EUROPA DE LA DEPORTACION

 

Se ha dicho y oído a menudo que la experiencia de viajar forma las vidas jóvenes al permitirles conocer otras personas y otras culturas.

Para nosotros, los tres mil jóvenes (y no tan jóvenes), miembros de la asociación Ya Basta, centros sociales, organizaciones de base, el mundo de las asociaciones, los parados, los trabajadores precarios, los asalariados, los estudiantes ... este viaje pareció como una deportación colectiva!!

Es verdad que conocimos varias culturas y nacionalidades ... de policías!

Pero uno no puede decir que sean realmente diferentes en su esencia (no la que se quema en las botellas [juego de palabras con "essence" que en francés significa también gasolina]). Las únicas diferencias fuero el color de los uniformes, el tamaño de las porras y de sus propietarios (los anti-disturbios holandeses eran en proporción a su gabarit, y todos podrían pertenecer a un equipo de rugby ... tanto los hombres como las mujeres). Estos mismos holandeses no dudaron en mandarnos su caballería y vehículos blindados para dispersarnos.

RESUMAMOS LA CRONOLOGIA DE LOS HECHOS

El viernes por la mañana, unos mil romanos y napolitanos tomaron dos trenes para ir a Milan, punto de reunión de todos los que iban a Amsterdam.

Por la tarde, todos aquellos del noreste de Italia así como los del centro de la península hicieron lo mismo.

Hay que decir que ya habíamos anunciado tres semanas antes, en público, nuestra intención de participar en la demostración en Amsterdam el 14 de Junio apoderándonos de los trenes. Reivindicábamos nuestro derecho a participar en la manifestación gratis, al no tener los medios para pagar los pasajes pero también afirmando que con todos los medios financieros que se han puesto a disposicion de los grandes del mundo para su mítin, nosotros simples ciudadanos exijíamos transporte gratis. Nuestra segunda demanda era el pasar por diferentes países sin tener que revelar nuestra identidad y esto era un acto de solidaridad con los trabajadores indocumentados y para afirmar nuestro derecho a la libre circulación como individuos. Por otra parte, habíamos pedido una donación de 70FF de cada manifestante para enviar la colecta a Chiapas y así ayudar a los Zapatistas que luchan contra el Neoliberalismo y por un mundo nuevo.

Nosotros los del noreste fuimos los últimos en llegar a Milan hacia las 19h30. Con nuestra llegada un@s 2,500 compañer@s estábamos amontonados en la estación, rodeados de una impresionante presencia policíaca (ya se veía cómo iban a ir las cosas). Las negociaciones con los burócratas de los Ministerios de Transporte y del Interior ya habían comenzado. Hacia las 22h00 ellos propusieron añadir 6 coches al tren que se iba para el norte de Alemania y nos prometieron que en Duisbourg un tren nos llevaría a Amsterdam. ¿3000 personas en 6 coches? No hay que decir que nuestra reacción fue la ocupación de la estación de tren central de Milan.

Hacia medianoche se anunció un tren especial para Amsterdam, nuestra primera victoria!
El primer tren salió hacia las 00h30, el segundo hacia las 1h00. Con dos trenes, la gestión del espacio se organizó ella sola: 10 personas en cada compartimiento, los pasillos se convirtieron en cuartos de dormir,...
El paso por la frontera de Suiza, bajo la vigilancia de muchos policías, tuvo lugar sin incidentes, una parada de 30 minutos. La negra noche según cruzábamos los Alpes vió cómo se dormía a través de los dos trenes.
A nuestro paso por las estaciones alemanas, la presencia policial se intensificó.
El sábado a las 16h00 el segundo tren llegó a la estación de Amsterdam, mientras que el primero ya estaba allí. Contentos de haber llegado nos dirigíamos tranquilamente hacia la salida cantando slogans "No a la Europa de Maastricht", "Ingresos garantizados para todos", "Libre circulación de las personas". Inmediatamente vimos cómo varios coches del primer tren, con nuestros compañeros adentro, eran rodeados por la policía anti-disturbios.

Nos encaminamos hacia el tren pero el acceso estaba bloqueado por barricadas, de metal y humanas, más bien esta última era una barrera de varias filas de maderos. Una vez más algunos de nosotros iniciamos negociaciones, primero para comprender la razón de esta provocación policial y por supuesto para demandar la libertad de nuestros compañeros.
El circulo policial no se alivió pero nuestros compas salieron de los coches.
Entonces decidimos formar una columna e ir en busca de los demás que habían venido a la manifestación. Un sólido grupo permaneció para recibir a los últimos de nuestros compañeros "liberados".

Nuestra llegada al Dam fue anunciada desde el podium y recibida con aplausos. Al fin, pensamos, podremos comunicar con los otros humanos que también vinieron a protestar contra esta Europa de los ricos, del capital y la represión. Esta esperanza no duró mucho ya que pronto supimos de nuestros amigos que se habían quedado frente a la estación del tren que un coche con todos sus ocupantes estaban aún rodeados por la poli.

Rápidamente regresamos a la estación. Allí la situación estaba muy tensa. Se reanudaron las negociaciones y nuestra rabia iba en aumento. A poco nos encontramos rodeados por cientos y cientos de policías, por la caballería y por vehiculos blindados. Nos ordenaron dispersarnos. El balance de poder estaba lejos de ser en nuestro favor ...

Después de una carga "ligera" de la policía, durante la cual dos diputados de la Comunista Rifondazione, entre otros, fueron golpeados (habían estado presentes en la mani y habían venido a la estación de tren para tratar de influenciar a las autoridades para que soltaran a nuestros compañeros), nos fuimos una vez más hacia el centro, ya que la liberación de nuestros amigos era imposible de obtener por el momento.

Allí, Luca, el vocero del movimiento explicó desde el podium nuestra situación en la estación del tren así como los motivos de nuestra venida a Amsterdam: "Un poco como los Zapatistas de Chiapas, los trenes de Amsterdam son nuestra bajada de las montañas para afirmar nuestros deseos de libertad. Por eso, hemos pasado estas fronteras sin revelar nuestra identidad. Porque todos somos indocumentados. [Todos somos Marcos] Elegimos el tren porque queremos pasar las fronteras libremente y estar presentes en cualquier lugar que nuestros destinos estén siendo decididos..." Resultó imposible volver a la estación ya que la policía había bloqueado toda la zona de la estación, ya habían tenido lugar choques entre nuestros amigos holandeses y la policía.

130 compañeros fueron arrestados y llevados directamente a la prisión de máxima seguridad de Amsterdam.

La razón oficial dada por las detenciones fue que ellos habían destruido un compartimiento en el tren. Nadie, ni periodistas que habían sido "aconsejados" bruscamente a no permanecer en la estación de tren, ni los diputados de Comunista Rifondazione y otros eurodiputados que habían venido a ver qué pasaba fueron autorizados para ver este coche.

Aún así los 130 tenían las manos amarradas a la espalda con esposas de plástico y fueron llevados a la prisión de Amsterdam. Allí los hombres fueron puestos de rodillas de cara a la pared. Durante 7 horas se les obligó a permanecer allí, y al menor movimiento les golpeaban la cabeza contra la pared, la bondad de los policías. Prohibido el acceso al baño, tenían que orinar en el patio y se les daba agua para que se limpiasen.

Después fueron obligados a pasar frente a una camara de video. Las mujeres fueron metidas en el gimnasio de la prisión y no se les dió el mismo tratamiento que a los hombres, aunque también fueron fotografiadas. Por otra parte, muchas fueron heridas por las esposas de plástico, especialmente cuando los policías se divirtieron en cortarlas con cuchillos. Entonces, sin haber sido identificados o presentados con ninguna orden de explusión, fueron conducidos a una estación de tren en las afueras de Amsterdam y hacia las 23h00 su coche fue añadido a un tren rumbo a Italia. Claramente no tuvimos acceso a este coche hasta la frontera con Alemania y los ocupantes estaban bajo estricta vigilancia policial.

LA VUELTA A ITALIA

Hacia las 21h00 nos encontramos todos de vuelta en la estación, rodeados de policías, listos para regresar a Italia. Pronto supimos que uno de los nuestros había sido arrestado y estaba todavía preso. La acusación de embriaguez había sido cambiada a "resistencia a la autoridad". Más tarde supimos que otros dos amigos habían sufrido la misma suerte. Los tres fueron devueltos a Italia el lunes depués de tres días en prisión.

Un primer tren salió a las 24h0o0 con dirección al centro y sur de Italia.

Por nuestra parte, el segundo se suponía que saliese unos minutos más terde hacia Milan y el noreste. Pronto supimos que Alemania había cerrado la frontera, debido a "problemas técnicos" y que hasta la mañana del lunes a las 7h00 no nos sería posible cruzar la frontera. A través de los altavoces de la estación una voz femenina hizo un anuncio en italiano (con fuerte acento alemán) que en cierta manera nos recordó un trágico período de la historia europea. He aquí el mensaje: "Queridos italianos.

El tren que salió anteriormente se encuentra bloqueado cerca de la frontera dentro ya de Alemania. La frontera con Alemania está cerrada. Partiréis pronto para reuniros con vuestros amigos italianos. Antes de partir se os dará algo para comer y beber. La policía estará presente en la estación del tren a este lado de la frontera para vuestra seguridad. Buen viaje. Fin del mensaje".

De beber, unas pocas botellas de agua ... de cristal... fueron distribuídas. Con malicioso humor algunos pidieron un poco de gasolina para las botellas. De comer, nos dieron bocadillos: dos piececitas de pan con una delgada tajada de queso, todo congelado! A las 2h00 nuestro tren partió.

Gracias a los teléfonos celulares, supimos que el primer tren estaba de verdad bloqueado y rodeado de policías, bomberos y perros con una prohibición total de salir del tren. Cuando llegamos nosotros, nada había cambiado.

A las 7h00, lunes por la mañana, el tren salió hacia Alemania. La tensión estaba alta ya que no sabíamos que esperar. Antes de llegar a la frontera nuestros 130 amigos se nos unieron y el ambiente se relajó un poco. En la frontera, una vez más la policía, alemana esta vez, nos esperaba y acechaba autoritariamente a los dos trenes. Diez a cada compartimiento! [NB: los trenes europeos normalmente sientan a 8 en cada compartimiento, cuatro en cada lado, frente a frente. El contexto parece que dice 10 policías en cada COCHE, pero el lenguaje resulta algo ambiguo]. El viaje continuó con la presencia de la policía a bordo y las únicas paradas que hicimos en estaciones Alemanas (muy cortas y siempre nos prohibían bajar a comprar comida o bebida) fueron para cambiar la guardia pretoriana. Las únicas palabras que intercambiamos con nuestros pastores alemanes fueron de este tipo: ellos: "No fumes marihuana. Está prohibido en Alemania" nosotros (en inglés o italiano): "Está bien", "OK", "Basta", hechando el humo hacia ellos con una sonrisita en la comisura de los labios. Así pues los dos trenes reivindicaron su política antiprohibicionista. Ciertos policías alemanes que no apreciaban ni a nosotros ni a nuestro humor trataron de imponer sus decisiones pero se hecharon para atrás cuando la tensión aumentó, especialmente cuando uno de ellos decidió fotografiar algunos de los pasajeros. En la última estación antes de la frontera suiza, los policías se bajaron lo cual dió final a lo que ha debido ser el mayor episodio de viaje en la historia del cine policíaco europeo. Algunos tomaron fotos.

Durante el paso por Alemania el segundo tren se nos adelantó. Supimos que Suiza nos había preparado un comité de bienvenida antes de Lugano y que miles de policías y soldados habían decidido llevar a cabo un sistemático cacheo individual. Según se propagó la noticia por los dos trenes, el consumo de los últimos porros se aceleró. Al final, los suizos decidieron no cachear, quizás pensaron que registrar a 3,000 personas tomaría mucho tiempo.

A las 21h30 el primer tren, el nuestro, llegó a Milan. Dos comités de bienvenida nos esperaban. Nuestros amigos del centro social Leoncavallo de Milan, aquellos que no habían podido ir a Amsterdam nos recibieron cordialmente. Este no fue el caso con los numerosos carabinieri y otras fuerzas anti-disturbios, pero ya estamos acostumbrados. Supimos que el segundo tren estaba bloqueado en la frontera entre Suiza e Italia, la locomotora había expirado. Tán frágiles estas máquinas!

A las 23h30 nuestros amigos llegaron finalmente a Milan. Después de unos minutos de calurosos adioses, los dos trenes partieron hacia sus respectivos destinos. El que iba a Roma llegó a las 7h00, el de Nápoles a las 10h00.

Llegamos a Padova hacia las 2h30 ante el aplauso de unos sesenta amigos y padres que habían venido a buscar a sus hijos. En Trieste el tren llegó a las 5h00. La odisea había terminado. Nos sentimos otra vez libres, contentos y satisfechos. De hecho esta deportación había sido organizada con antelación, para impedirnos comunicar nuestra oposición a la Europa de Maastricht, no funcionó porque pudimos comunicar más de lo que esperábamos acerca de la realidad de le Europa del presente.

EL PAPEL DE NUESTROS AMIGOS EN ITALIA Y NUESTRAS RADIOS LIBRES, TELEFONOS CELULARES Y EL INTERNET.

Sin los muchos teléfonos celulares en nuestro poder nunca hubiéramos podido comunicar en tiempo real nuestras muchas aventuras y ello hubiera tenido sin duda un efecto negativo no solo en nuestra simple "supervivencia", sino también en la gestión política de los sucesos.

Debido a que pudimos mantener constantemente informados a nuestros amigos en Padova (